miércoles, 30 de octubre de 2013

Salta la Banca

Corría el invierno del año 2007, cuando Santi Aysine dio con Beto Grammatico a fines de emprender un proyecto acústico que estuviera abocado a expresar vicisitudes, cotidianeidades, historias y otras contundencias de las que nadie está eximido. De a poco comenzaron a establecer espontáneamente días para juntarse a grabar en la casa de Beto, canciones que Santiago tenía en su repertorio. Fueron 2, 3, 4… 12 canciones. Y el boca en boca se hizo mecha.

Un día cualquiera de Noviembre, Chispa (Tomás Calvo), aficionado de este ensamble, se ofreció a organizar una fecha. La cita era un día Martes de ese mismo mes. El lugar: Makena, Palermo. Inesperadamente, un bar desalineado por el día convocado, se llenó de familiares, amigos, y uno que otro desconocido. Lo aún más sorpresivo: todo ese público hizo de coro durante toda la velada. Con la plata recaudada ese día, se adquirieron discos vírgenes y se hicieron 200 impresiones. Con ese material, destinado a regalarse, partieron hacia la Costa. Ninguno de esos discos volvió a Capital.



Era Febrero del año 2008 cuando, al percatar la expansión de la movida, Chispa solicitó hacer otra fecha en Makena. Otra vez un martes. Santi y Beto presentaron su demo y algunos temas nuevos que, como todos aquellos, corrían de máquina en máquina, de mp3 a mp3, con una rapidez inaudita. El lugar volvía a llenarse, y la familia se agrandaba.

Las fechas se sucedían triunfantemente, y los oyentes se incrementaban. Era el turno de cerrar el año. Para esa fecha, habían agregado una decena de canciones y los aficionados eran un número importante, teniendo en cuenta la aproximación de la creación del proyecto, y los chicos querían retribuir con algo más producido en materia musical. Fue así como pidieron a Marce con su saxo y Pili con los teclados, que sumaran sus instrumentos para hacer una fecha a fin de año, que iba a ser el puntapié inicial del grupo acústico que dos meses después se dio a conocer como SALTA LA BANCA.



El año 2009 fue un año con mucho movimiento para la banda. La Bohemia, bar de Caballito, se duplicaba. Viernes y Sábado. La concurrencia fue masiva. Después de semejante lealtad por parte del público, los chicos no dudaron ni un segundo: era el momento, costara lo que costara, de grabar su primer disco. "Ya no somos dos ahora".

Los discos salieron a la venta en Julio, y la presentación del mismo se realizó a fines de Agosto, en San Telmo. La venta de entradas fue un auge, y a los dos días ya no quedaban localidades: Buenos Ayres Club se colmó de gente nueva y de gente de vieja cepa. El show fue a puro corazón, y muchísimas personas que vieron por primera vez a la banda quedaron impresionadas por la moción. En septiembre se repetía la fórmula, y el resultado era el mismo: se acercó gente al lugar que no pudo acceder al show por entradas agotadas.

Pero era el turno de uno de los shows más especiales: el de cierre de año. Se preparaba la fiesta y se expandía el equipo para la presentación más convocante de la banda hasta ése momento, en Unione e Benevolenza. Cecilia Grammatico en batería y, Gonzalo Sosa en bajo se acoplaban al grupo, para hacer por primera vez un set de 7 temas eléctricos. Ese día, también, se sumaba Maurito en los caños para hacer sesiones con Marce y Mariano Anselmi cumplía su rol como segunda guitarra. El resultado fue satisfactorio, y las 500 personas allí presentes aprobaron esa jugada.

La primera gira por La Costa Atlántica, contó con más de ocho presentaciones entre San Bernardo, Villa Gesell y Mar del Plata con buenos resultados. Se entregaron más de 500 E.P. gratuitos en todo el partido de La Costa, y se acercó gente de todo el país a sus números.

La vuelta fue a puro rock, y los dos primeros espectáculos tuvieron lugar en The Roxy Live! Bar, ya con el 80 por ciento de las canciones con toda la banda, eléctricos, y entradas agotadas para ambas fechas. Distintos matices se expusieron esas noches, entre los que sonaron la trova, el reggae, el rock, baladas, canciones y sonidos autóctonos.

Tiempo después, por cuestiones personales, Marcelo Scola, y Mariano Anselmi dejaron de formar parte de la formación.

Giras por el conurbano, Mar del Plata y otras ciudades ratifican el crecimiento de esta banda, que poco tiempo tiene en su haber.

El cierre de año tuvo lugar en Niceto Club!, ante casi 900 personas, que vieron a Cecilia despedirse y a su vez dieron la bienvenida a Julián Baranchuk para reemplazarla en batería. La participación en el Zona Rock 2010 junto a bandas como Ciro y Los Persas, Las Pelotas, Cuarteto de Nos, y El Bordo comenzaba a coronar un 2010 que hacía darle una vuelta de página a la carrera de Salta La Banca.

Para comienzos del 2011, y con intenciones de darle curso al nuevo material, la banda realizó una gira por la Costa Atlántica, regresando a San Bernardo, Villa Gesell y Mar del Plata.

Para mediados de Febrero comenzó a gestarse "Seremos", el nuevo y segundo trabajo discográfico. Compuesto por 13 canciones, el disco refleja los diferentes matices a nivel musical que autores e intérpretes supieron desarrollar como grupo en éste breve tiempo. Un trabajo llevado a cabo desde la autogestión y el compromiso. El 28 de Mayo, con entradas agotadas, la banda Presento el disco en Groove.

La banda sigue pisando fuerte en el terreno del rock. Participó nuevamente del Festival Zona Rock 2011 en Buenos Aires, Córdoba y Mendoza, con bandas como Ciro, Divididos, La Vela Puerca, Nonpalidece, El Bordo, Las Manos de Filippi, Brancaleone y Contravos.

Habiendo visitado varias provincias y localidades desde la presentación en Mayo, Salta La Banca programa una nueva visita en Capital Federal, por triplicado. La Trastienda, los días 20, 21 y 22 del mes de Octubre, con las primeras dos fechas ya agotadas le darán curso al comienzo de cierre de año.

Discografía

Increíble (demo) (2008)
Ya no somos dos ahora (2009)
Seremos (2011)
Copla (2012)
Visceral (2013)



El nombre de Salta la Banca surgió como un juego de palabras entre la "S" de Santiago Aysine (voz) y la "B" de Beto Grammatico (guitarra). "Primero se nos ocurrió Subi Baja. ¡menos mal que no quedó!", dicen y se ríen. Al final, encontraron un nombre entusiasta: ir con todas las de perder y dar vuelta el juego. Con una fuerte impronta acústica y cancionera, debutaron un martes de 2007 en Makena, un pub de Palermo. "Nos decían que éramos los Arjona del rock, que hacíamos letras para minitas", recuerdan, sin complejos.

HISTORIA Empezaron como un dúo. Aysine venía de Insoluble y Grammatico tocaba en Inmaduros del Carajo, pero con el tiempo se fueron volcando a la distorsión y hoy son un sexteto con teclados, saxo y armónica. "No nos consideramos una banda de rock, no nos interesa pertenecer a ningún género: tocamos los estilos como se nos canta", dicen. En 2011, compartieron cartel con Las Pelotas, La Vela Puerca y El Bordo en el festival Zona Rock y llenaron Groove para la presentación de su segundo disco, Seremos. Pero su escalada no terminó ahí: también agotaron tickets para una serie de tres shows en La Trastienda Club y en un teatro de Colegiales, y se convirtieron en revelación del rock barrial, cautivando al público de Callejeros y de Las Pastillas del Abuelo. De hecho, Piti Fernández, el líder de Las Pastillas, es una suerte de padrino del grupo y, a partir de ese vínculo, le escribieron el tema "Trovador accidental". En su fórmula, se juntan el gen chabón (amistad, familia, fútbol y cerveza) con noches en La Reina y vacaciones en la Costa Atlántica.

ROCK POST-CROMAÑÓN Ningún integrante tiene más de 30 años, y de una forma muy concreta representan a una generación de músicos post-Cromañón: Aysine es sobreviviente de la tragedia y, para el primer disco oficial de la banda (Ya no somos dos ahora, 2009), compuso una canción que tituló "Que no se repita", con un recitado de Bertolt Brecht. Dice que la escribió en una época "muy heavy". Que todavía tenía ataques de pánico por lo que había vivido esa noche del 30/12/04. Que le costaba salir de la casa. En su brazo derecho, tiene tatuada una frase de la película V de Venganza: "Una revolución sin baile no vale la pena". Es hijo de padres marxistas y, durante la nota, cada tanto revisa su Twitter para seguir las repercusiones que tuvo el último discurso de la Presidenta ("sólo sigo a pensadores de izquierda", asegura). Cuando no tiene shows con SLB, toca por su cuenta "para juntar un mango", anunciándose un día antes por Facebook. Para él y su grupo, lo que antes era el boca a boca, hoy es el muro a muro. "Nunca hicimos un flyer", se jactan. "Nos gusta mucho tocar: los shows no bajan de dos horas."

CONTENIDO Con letras que están entre Silvio Rodríguez y Joaquín Sabina, la bajada de línea es una constante en el repertorio de esta banda. "El 95 por ciento de las canciones son mías", aclara Aysine. "Me la paso buscando un ensamble entre el lenguaje técnico y el de la esquina."

ESCENA En el contexto socio-rockero que les tocó vivir, los seis coinciden en un diagnóstico: faltan bandas grandes que marquen el rumbo, monstruos como en su momento fueron Los Redondos, Los Piojos o Bersuit ("La Renga está pero no está", opinan ellos). Quieran ellos o no, Salta la Banca forma parte del recambio generacional. "Conocimos grupos que se plantean cuál es la clave del éxito: la nuestra, justamente, es no planteárnosla. Nunca componemos temas para pegarla, ¡ni siquiera tenemos un tema que dure tres minutos! Nos chupa absolutamente un huevo", asegura el saxofonista Mauro Ostinelli. Los SLB hicieron el camino inverso al resto: primero lograron convocatoria y recién después llegaron a la radio, grabaron un videoclip o dieron entrevistas en grandes medios. Ahora la banda trabaja en su tercer disco.

Por Nicolás Igarzábal

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